El Valle de la Luna

El valle de la Luna es un área protegida municipal​ y formación geológica de la ciudad de La Paz, se encuentra a unos 10 kilómetros del centro urbano de la ciudad y administrativamente pertenece al Macro distrito de Mallasa.

Su nombre fue dado por Neil Armstrong primer hombre en pisar la luna, quien se encontraba de visita en la sede de gobierno boliviana el año 1969.

Neil Armstrong fue el que bautizó este lugar como Valle de la luna, en una visita a la ciudad de La Paz el año 1969 después de presenciar un partido entre The Strongest y Bolivar, este se disponía a jugar un partido de golf y dada la cercanía de este lugar con el campo de golf, Armstrong vio la similitud que existía con los paisajes de la luna y decidió nombrarla así.

El Valle de la Luna, como ya te citaba, se encuentra a muy poca distancia del centro de La Paz, unos míseros treinta minutos. Además, es un lugar de visita rápida; no necesitarás más de media jornada, aun exagerando, para tomar contacto con todo el atractivo exhibido por el emplazamiento.

El Valle de la Luna de Bolivia está formado porque la erosión ha consumido la parte superior de una montaña, debido a que el suelo es arcilloso. El transcurso de los siglos ha ejercido su modelaje y vientos y lluvias han construido este espectacular e insólito paisaje de chimeneas blancas.

Vemos estas curiosas formaciones, las chimeneas de hada, las típicas que se alzan en forma de tubo, como las más conocidas de Turquía, en la Capadocia. En las montañas de alrededor de La Paz, la arcilla contiene minerales diferentes que las dota de colores variados, pasando del blanquecino al violeta con los más habituales marrones y rojizos.

Puedes hacer el recorrido en taxi, que no te costará más de 50 Bs. (7,15 US$ ó 5,5€), pero también existe la posibilidad de hacerlo en bus por un precio mucho más económico y que podrás tomar en la Avda.Mariscal Santa Cruz (línea 11).

Incluso se puede ir en microbús (popularmente conocido como “micro”) que te llevará al lugar; las dos líneas que hacen el trayecto en la actualidad son la 231 y la 273 y el punto de encuentro para cogerlos es la Calle México.

El itinerario desde la ciudad, además de corto, es llevadero y atractivo, pasando por varios túneles que parecen construidos por la naturaleza; la última parte tiene bastante pendiente, sólo te quedará confiar en la destreza de los conductores

Una vez en el recinto, a parte de la visión global de todo el conjunto, que se describe con todo lo dicho hasta ahora, te cito alguna recomendación que debes tener presente. Ineludible es tu paseo al corazón del valle, permitiendo que éste te rodee y cree en ti la sensación de insignificancia; lo podrás hacer por angostos senderos, de un llamativo especial que, si tienes suerte, te permitirán el contacto con alguna de la fauna autóctona como las vizcachas y varias especies de lagartijas, muchas veces irreconocibles por su gran capacidad de mimetizarse con el entorno.

Otro punto de interés, que te dejará claro el origen geológico de las caprichosas formas del lugar, es el centro de información turística subterráneo; pero quizá lo que más merezca la pena es la información sobre el circuito que podrás hacer por las sendas del lugar, destacándote todos los puntos de singular relevancia.

En esta figura de esbeltez árida no podía faltar su cactarium; ya sabes lo que encontrarás en este sitio, especies de cactus, alguna más de 30 y que te dejarán una de las fotos de la visita.

Pero lo más seductor de este huerto de cactus es su acceso y las vistas que te dejará; es un paso a través de senderos construidos artesanalmente con piedra y unidos, donde lo intrincado del terreno lo exija, por puentes colgantes, esos que evocan la aventura filmográfica del Doctor Indiana…

Como ves es un punto visitable, de tornadiza apariencia provocada por la acción milenaria del aire y agua, muy adecuado para completar tu visita una de las ciudades maravilla, La Paz.

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